En 2015 entró en vigor la ley de segunda oportunidad, una norma legal que permite a las personas físicas la exoneración de sus deudas si se cumplen ciertos requisitos. Hasta entonces, solo las personas jurídicas (las empresas) podían solicitar un proceso de exoneración de su pasivo tras ser liquidado su activo. La ley abre una puerta de esperanza a muchas personas que se han visto ahogadas por deudas inasumibles. Sin embargo, para poder acogerse a la ley de segunda oportunidad, el deudor, deberá cumplir una serie de requisitos. Cabe tener en cuenta que la ley de segunda oportunidad se promovió con el objetivo de garantizar la dignidad de las personas en quiebra y para tratar de mejorar la situación de morosidad del país. En ningún caso la ley fue elaborada con el objetivo de poder librarse de pagos sin causa justificada.

Desde Intangibles Macan ayudamos a empresas, autónomos y particulares a hacer más llevadero el entramado de la legislación vigente. Por eso, en este artículo trataremos de desgranar los principales requisitos de la ley de la segunda oportunidad en España

La buena fe del deudor, la base de los requisitos de la ley de segunda oportunidad

La ley de mecanismo de segunda oportunidad se articula en base a diez artículos que asientan las bases para poder acogerse a la norma.  Y entre ellos, el más notorio es la “actuación de buena fe” del deudor. La ley establece que, para que se cumpla la buena fe del deudor, este no deberá haber sido condenado en sentencia firme por delitos contra el patrimonio, el orden socioeconómico, de falsedad documental o contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social. En este sentido, el deudor tampoco deberá haber sido declarado culpable durante el concurso de acreedores. El deudor también deberá haber intentado llegar a un acuerdo extrajudicial de pagos con sus acreedores.

Otro requisito indispensable para acogerse a la ley de segunda oportunidad es que el deudor haya pagado los créditos originados después de la declaración del concurso. Eso supone que el deudor tendrá que demostrar que el problema es la deuda acumulada que le ha llevado a la quiebra, y no una técnica usual de impago ante sus obligaciones.

Por otro lado, la ley también establece que los deudores solo se pueden acoger a la segunda oportunidad pasados 10 años de la última solicitud. Con este requisito, la ley de segunda oportunidad quiere garantizar que la gente se acoge en momentos puntuales, y no de forma habitual.

La ley de segunda oportunidad, incompatible con el rechazo de una oferta de empleo

En la demostración por parte del deudor de su situación financiera insalvable, también juega un papel fundamental su trabajo. Cualquier persona que haya rechazado una oferta de empleo en los cuatro años anteriores a la declaración del concurso no podrá solicitar acogerse a la ley. En este sentido, la norma concreta que la oferta de empleo debe haber sido “adecuada a su capacidad”.

Finalmente, la ley establece un último requisito para que el deudor se pueda acoger al texto legal. Este último requisito hace referencia a la aceptación de forma expresa por parte del deudor de “su inclusión en el Registro Público Concursal” por un plazo de cinco años.  A través del Registro Público Concursal los futuros acreedores podrán consultar la situación económica del deudor

Si el deudor es capaz de cumplir con todos los requisitos de la ley de la segunda oportunidad, se lo otorgará el beneficio de exoneración del pasivo insatisfecho. Este beneficio comportará directamente la exoneración de sus deudas. Desde Intangibles Macan ayudamos a las personas, tanto físicas como jurídicas, a encontrar su camino legal y administrativo para solucionar situaciones económicas, fiscales y tributarias complejas.  La Ley de la Segunda Oportunidad es una herramienta muy buena para que las personas físicas puedan tener una segunda oportunidad

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